{"id":7076,"date":"2025-02-20T15:10:18","date_gmt":"2025-02-20T14:10:18","guid":{"rendered":"https:\/\/leprado.org\/?page_id=7076"},"modified":"2025-02-28T10:17:35","modified_gmt":"2025-02-28T09:17:35","slug":"alfred-ancel-et-les-pretres-ouvriers","status":"publish","type":"page","link":"https:\/\/leprado.org\/es\/alfred-ancel-et-les-pretres-ouvriers\/","title":{"rendered":"Alfred Ancel y los curas obreros"},"content":{"rendered":"
<\/p>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t
Alfred Ancel (1898-1984), sacerdote de la di\u00f3cesis de Lyon (en 1923), director general de la Association des Pr\u00eatres du Prado (1942-1971), obispo auxiliar de Lyon (1947-1973). Para cada uno de estos periodos, no se especifican los contextos para no hacer este art\u00edculo demasiado largo (contexto econ\u00f3mico, pol\u00edtico, social, cultural, religioso, eclesi\u00e1stico), pero forman parte de esta historia y ayudar\u00edan a comprenderla. Es m\u00e1s, esta visi\u00f3n general es s\u00f3lo una parte de la verdadera historia. Hablar de la historia del P.O. ser\u00eda hablar de su vida ordinaria entre el pueblo, en la clase obrera, en los ambientes obreros, en las Iglesias locales, hablar de lo que viv\u00edan, hac\u00edan y pensaban, hablar de su vida cotidiana, de sus relaciones, de su trabajo, de su militancia, de sus reflexiones, de sus discusiones, de sus acciones, de sus palabras, de su espiritualidad, de sus oraciones.<\/span><\/p>\n A mediados de los a\u00f1os 40 (concretamente a partir de 1944 en Francia), un peque\u00f1o pu\u00f1ado de sacerdotes-obreros (P.O. para abreviar) aparece como fen\u00f3meno colectivo. El primer sacerdote diocesano que se hizo P.O. fue en B\u00e9lgica en 1942. Los a\u00f1os 1944-1947 (a veces se eclipsan con demasiada rapidez) constituyen el primer acto de la historia de los P.O.<\/span><\/p>\n Nadie fund\u00f3 los obreros-sacerdotes. Nadie los plane\u00f3 ni program\u00f3. No aparecieron de repente. Son un movimiento informal. Se unen de diferentes maneras. Los curas obreros no son un invento de la Iglesia cat\u00f3lica, son una innovaci\u00f3n en el catolicismo. La d\u00e9cada de 1940, en el contexto econ\u00f3mico, pol\u00edtico, social, cultural y religioso de la \u00e9poca, fue un per\u00edodo de gran intensidad misionera, ante la creciente toma de conciencia del muro que separaba a la Iglesia de las masas populares de la \u00e9poca, tras el considerable impacto del librito Francia, \u00bfpa\u00eds de misi\u00f3n?<\/em> publicado en septiembre de 1943, escrito por dos capellanes de la JOC.<\/span><\/p>\n Los primeros P.O. iban a ser uno de los componentes de este movimiento misionero. No eran los \u00fanicos, lo que constitu\u00eda una salvaguardia contra la autorreferencia. Estaban vinculados a instituciones eclesiales (di\u00f3cesis, Misi\u00f3n de Par\u00eds, Misi\u00f3n de Francia, \u00f3rdenes e institutos religiosos). Que quede claro: la Misi\u00f3n de Par\u00eds inclu\u00eda a sacerdotes de varias di\u00f3cesis y a sacerdotes enviados por la Misi\u00f3n de Francia, sin olvidar que los laicos tambi\u00e9n formaban parte de la Misi\u00f3n de Par\u00eds desde su fundaci\u00f3n y puesta en marcha por el cardenal Suhard en enero de 1944. En Par\u00eds, ese mismo a\u00f1o, dos sacerdotes diocesanos de provincias se convirtieron en P.O., y varios otros les siguieron en los a\u00f1os siguientes. La sorprendente novedad de la existencia de la P.O. suscit\u00f3 muchos interrogantes porque revolucion\u00f3 la imagen tradicional del sacerdote cat\u00f3lico.<\/span><\/p>\n Alfred Ancel (obispo auxiliar de Lyon en 1947, a los 49 a\u00f1os) fue sensible a las iniciativas del cardenal Suhard, obispo de la renovaci\u00f3n misionera de Par\u00eds. En 1946, Ancel funda en Lyon la Misi\u00f3n de la Part-Dieu, con el objetivo de contribuir a la evangelizaci\u00f3n del mundo obrero. Confi\u00f3 esta misi\u00f3n a Ren\u00e9 Desgrand, un sacerdote del Prado que, r\u00e1pidamente convencido de que hab\u00eda que compartir la clase obrera a trav\u00e9s del trabajo, se hizo cargo de ella en 1947. En 1949, se le unieron otros dos sacerdotes del Prado que se convirtieron en P.O., Paul Guilbert y Jean Tarby. Ancel tambi\u00e9n ayud\u00f3 a Jean Fulchiron y Ren\u00e9 Margo a pasar al trabajo.<\/b><\/p>\n Ancel se preocup\u00f3 por mejorar las condiciones de vida de la clase obrera. En el momento de las grandes huelgas de noviembre-diciembre de 1947, public\u00f3 una en\u00e9rgica declaraci\u00f3n en el bolet\u00edn de la di\u00f3cesis de Lyon para llamar la atenci\u00f3n de los cristianos sobre la miseria de los obreros y el derecho a reivindicaciones salariales. Al mismo tiempo, se preocupaba de que la Iglesia pudiera hacer posible la fe en Jesucristo y la vida cristiana entre esta gente. Ancel estaba ciertamente cerca de Suhard, que incluso pens\u00f3 en pedirle que fuera obispo auxiliar de Par\u00eds. Ambos eran muy conscientes del muro que separaba a las masas proletarias de la Iglesia.<\/b><\/span><\/p>\n <\/strong><\/p>\n 1948-1954: hacia el final de la campa\u00f1a del P.O.<\/strong><\/p>\n 1947 fue un a\u00f1o crucial. 1948-1954 fue otro periodo que termin\u00f3 con el cese de las operaciones de la O.P. francesa el 1 de enero.er<\/sup> marzo de 1954, por decisi\u00f3n de la jerarqu\u00eda vaticana. En una situaci\u00f3n general muy complicada, estos a\u00f1os son delicados de mirar de cerca, sin ponerse l\u00edricos ni ideol\u00f3gicos. Abundan los documentos del episcopado, del Vaticano y de la O.P., pero la historia no se limita a discusiones y relaciones m\u00e1s o menos enmara\u00f1adas, incompatibles o tumultuosas entre la O.P. y la jerarqu\u00eda de la Iglesia cat\u00f3lica, lo que ser\u00eda una visi\u00f3n reductora, ideol\u00f3gica y clerical de nuestra historia real.<\/span><\/p>\n A la muerte de Suhard, el 30 de mayo de 1949, Ancel envi\u00f3 a Gerlier, su cardenal obispo en Lyon, una sorprendente carta fechada el 2 de junio de 1949, que reproducimos a continuaci\u00f3n: <\/strong>\" No puede ignorar ciertas predicciones que se hacen sobre m\u00ed, en relaci\u00f3n con la sucesi\u00f3n del Cardenal Suhard (...). Si alguna vez se entera de que se propone mi nombre, le agradecer\u00eda que hiciera saber a la Nunciatura, antes de que se den m\u00e1s pasos oficiales, ciertas objeciones que creo, en conciencia, debo exponer (...).<\/em> \" Tras destacar sus \"defectos personales\", Ancel expres\u00f3 su convicci\u00f3n de que el mensaje de Antoine Chevrier era una oportunidad de \"renovaci\u00f3n espiritual\" para la Iglesia.<\/strong> \" Si hubi\u00e9ramos escuchado antes el mensaje del padre Chevrier, me parece que no se habr\u00eda establecido la barrera que ahora parece infranqueable entre los obreros y la Iglesia. La misi\u00f3n del padre Chevrier se remonta a 1856. Fue ocho a\u00f1os posterior al Manifiesto del Partido Comunista. Hay algunas similitudes evidentes (...).<\/em> \" Por \u00faltimo, tras recordar sus obligaciones con el servicio de extensi\u00f3n del Prado, revel\u00f3 por primera vez a Gerlier un proyecto muy sorprendente que le era muy querido <\/strong>: \" ... Espero que, dentro de unos a\u00f1os, podr\u00e9 dejar mi puesto en el Prado a otros. En ese momento, podr\u00eda pedir permiso al Sumo Pont\u00edfice para unirme a nuestros sacerdotes que trabajan en las f\u00e1bricas..<\/strong> Les gustar\u00eda tener un obispo con ellos. Por supuesto, est\u00e1n contentos con la confianza que les demuestra la jerarqu\u00eda. Pero si tuvieran un obispo con ellos, sus compa\u00f1eros comprender\u00edan mejor su pertenencia a la Iglesia. Siendo obispo auxiliar de Lyon, podr\u00eda, si pudiera vivir con ellos, marcar la unidad de la Iglesia y su implantaci\u00f3n en el proletariado.<\/em> \". Esta carta de Ancel de 1949 es todo un programa. Contiene todo lo que motiv\u00f3 y form\u00f3 su trayectoria en la tierra (v\u00e9ase la conclusi\u00f3n de este art\u00edculo).<\/strong><\/p>\n En 1949, por iniciativa de la Misi\u00f3n de Par\u00eds, los O.P. (varias decenas) organizan su primera reuni\u00f3n nacional, crean una secretar\u00eda informal y deciden reunirse regularmente a escala nacional dos veces al a\u00f1o. Entre 1950 y 1954 se celebraron 7 u 8 reuniones nacionales. En 1951, en una reuni\u00f3n nacional celebrada en Lyon, el P.O. se organiza como un sindicato (se habla expl\u00edcitamente de un \"secretariado nacional\" y de una \"comisi\u00f3n ejecutiva\"); as\u00ed pues, se elige un secretariado nacional del que se excluye deliberadamente a tal o cual P.O.. Esta posici\u00f3n frente al episcopado probablemente complic\u00f3 las cosas en el contexto de una situaci\u00f3n ya dif\u00edcil en la que se acumulaban las sospechas, las calumnias, las denuncias, los malentendidos y las advertencias contra el P.O.. En una situaci\u00f3n cada vez m\u00e1s alarmista y cr\u00edtica, no era f\u00e1cil vivir la necesaria y fruct\u00edfera tensi\u00f3n entre innovaci\u00f3n e instituci\u00f3n.<\/span><\/p>\n Sin embargo, durante los a\u00f1os 1948-1954, hay que reconocer honesta y objetivamente que exist\u00edan diferencias entre los propios P.O.s (antes de 1954, eran alrededor de 130) en la forma de ver su presencia, su trabajo, su compromiso y su misi\u00f3n en la clase obrera y las masas proletarias. Tambi\u00e9n han surgido cuestiones de liderazgo, y las diferencias se han hecho m\u00e1s pronunciadas y fundamentales, con tensiones muy dif\u00edciles de conciliar. Estas profundas diferencias entre los P.O. se vieron a menudo eclipsadas por su resistencia com\u00fan, su solidaridad, frente a las incomprensiones y la desconfianza de la jerarqu\u00eda o los mandatos del Vaticano. Quiz\u00e1s tambi\u00e9n, las dimensiones espirituales de este nuevo estilo de existencia sacerdotal se vieron m\u00e1s o menos eclipsadas por el dominio de las ideolog\u00edas temporales y teol\u00f3gicas.<\/span><\/p>\n En este contexto, la relaci\u00f3n de Ancel con los curas obreros iba a ser compleja. Sin embargo, le preocupaba mucho la cuesti\u00f3n de la evangelizaci\u00f3n de la clase obrera (v\u00e9ase su folleto publicado en 1949 Evangelizar al proletariado<\/em>En 1950, Ancel era miembro de la Comisi\u00f3n Episcopal para el Mundo Obrero. Le parec\u00eda que las O.P. iban por mal camino, en particular por la influencia de la implicaci\u00f3n temporal del sacerdote en el movimiento obrero. De acuerdo con los obispos que ten\u00edan P.O.s en sus di\u00f3cesis, previ\u00f3 un proyecto de Directorio para orientar la actividad de los P.O.s. En 1950-1951, como este asunto del Directorio hab\u00eda suscitado numerosas reacciones y discusiones en diversos bandos, este controvertido proyecto, tal como estaba formulado, no ten\u00eda ninguna posibilidad de prosperar dado el ambiente de la \u00e9poca. Criticado, desautorizado, encontr\u00e1ndose en cierto modo descalificado, no queriendo estorbar, Ancel pas\u00f3 a un segundo plano a nivel nacional y local, sin perder por ello el inter\u00e9s por el P.O. De hecho, sigui\u00f3 pensando en la utilidad de que los sacerdotes trabajasen como obreros, llegando incluso a prever \" pedir permiso al Sumo Pont\u00edfice para unirse a nuestros sacerdotes que trabajan en las f\u00e1bricas<\/em> \", como escribi\u00f3 en su sorprendente carta de junio de 1949.<\/b><\/p>\n <\/strong><\/p>\n Carta de Ancel en agosto de 1953<\/strong><\/p>\n Una carta dirigida al cardenal Gerlier el 12 de agosto de 1953, relativa a la fundaci\u00f3n de un \" misi\u00f3n obrera del Prado<\/em> \" (posteriormente denominada m\u00e1s modestamente \" a<\/em> comunidad pradosiana en un barrio obrero<\/em> \") revela c\u00f3mo preve\u00eda Ancel la realizaci\u00f3n del proyecto que hab\u00eda ido madurando en su interior desde 1949<\/strong>. \" <\/span>...Siento que no tengo derecho, en conciencia, a permitir que los sacerdotes del Prado entren en el mundo laboral si no voy con ellos. Tendr\u00eda la impresi\u00f3n de ser como un vicario apost\u00f3lico en Extremo Oriente que quisiera dirigir a sus sacerdotes permaneciendo en Par\u00eds... Mis contactos con la A.C.O. y con las parroquias obreras, mi pertenencia al episcopado y las relaciones que he tenido con los curas obreros, mi formaci\u00f3n doctrinal y mis estudios sociales sobre la condici\u00f3n obrera y el marxismo, me parecen ofrecer algunas garant\u00edas para un ministerio que ser\u00e1 extremadamente dif\u00edcil si quiere ser, al mismo tiempo, plenamente fiel a la Iglesia y verdaderamente presente en el mundo obrero... Me siento atra\u00eddo, de manera constante y casi invencible, hacia la pobreza y hacia los pobres. Es cierto que he fracasado m\u00e1s de una vez en ser fiel a esta atracci\u00f3n, pero me siento continuamente atra\u00eddo hacia ella. Es m\u00e1s fuerte que yo. Creo firmemente que no estar\u00eda en paz si tomara una decisi\u00f3n que me impidiera serle fiel... <\/em>\"<\/span> En el momento en que Ancel escribi\u00f3 esta carta, la perspectiva de que la O.P. fuera suprimida por decisi\u00f3n de la jerarqu\u00eda era cada vez m\u00e1s clara.<\/strong><\/p>\n <\/strong><\/p>\n El choque del 1er<\/sup> Marzo de 1954<\/strong><\/p>\n La 1er<\/sup> Marzo de 1954 fue la fecha final del cese de las O.P. francesas, decisi\u00f3n tomada por el Vaticano y aplicada por el episcopado franc\u00e9s. Las O.P. belgas cesaron a finales de julio de 1955, cuando hab\u00eda 8 de ellas. Los P.O. franceses se encontraron ante una elecci\u00f3n imposible, una decisi\u00f3n crucial: dejar el trabajo y permanecer en la Iglesia o permanecer en el trabajo y abandonar la Iglesia. Algunos P.O. dudaron mucho, otros cambiaron de postura en los d\u00edas, semanas o meses siguientes. Eran unos 85-90 en v\u00edsperas del 1 de enero.er<\/sup> marzo, incluidos 5 pradosianos. Algunos P.O. hab\u00edan renunciado antes o no estaban directamente afectados por el ultim\u00e1tum. Alrededor de cuarenta P.O. decidieron dejar temporalmente el trabajo y permanecer en la Iglesia. A partir de 1954, se comprometieron progresivamente a defender este estilo de vida sacerdotal y, de acuerdo con sus obispos, volvieron poco a poco a sus puestos de trabajo, teniendo m\u00e1s o menos en cuenta las condiciones restrictivas establecidas por la jerarqu\u00eda para trabajar. Alrededor de cincuenta P.O. decidieron permanecer en el trabajo y abandonar la Iglesia. Entre ellos, varios dejaron la clase obrera para seguir carreras profesionales m\u00e1s adaptadas a su formaci\u00f3n, cultura y capacidades; se casaron con una novia m\u00e1s o menos r\u00e1pidamente o m\u00e1s tarde. Otros veinte, varios de los cuales permanecieron solteros, continuaron su compromiso con la clase obrera y el movimiento obrero.<\/span><\/p>\n La historia no termin\u00f3 en 1954 ni en 1959. El resurgimiento de la O.P. en 1965 no se produjo de repente, no cay\u00f3 del cielo. Tras la decisi\u00f3n adoptada por la jerarqu\u00eda cat\u00f3lica de poner fin a la P.O. el 1 deer<\/sup> marzo de 1954, hubo un nuevo golpe de Roma en julio de 1959. En aquella \u00e9poca, no eran muchos los que cre\u00edan en un futuro posible para esta forma de existencia sacerdotal iniciada por un pu\u00f1ado de O.P. en Francia y B\u00e9lgica en los a\u00f1os cuarenta.<\/span><\/p>\n En estas circunstancias tan desfavorables, Ancel sigui\u00f3 adelante, sin embargo, con el asombroso proyecto, que llevaba muy dentro de s\u00ed desde 1949, de ir \u00e9l mismo a vivir en cierto modo en la condici\u00f3n obrera. Tras solicitar y obtener el \"permiso\" del Vaticano el 15 de junio de 1954, Ancel, junto con otros cuatro miembros del Prado (laicos consagrados y sacerdotes), cre\u00f3 una peque\u00f1a comunidad del Prado en el barrio obrero de Gerland, en Lyon, que inclu\u00eda vivir cerca del proletariado y compartir la condici\u00f3n obrera a trav\u00e9s del trabajo, ya que \u00e9l mismo trabajaba como jornalero a domicilio. Esta comunidad sin precedentes dur\u00f3 hasta julio de 1959, cuando fue prohibida de nuevo por el Vaticano. A pesar de las limitaciones de este experimento, \u00a1segu\u00eda siendo un tipo de episcopado totalmente in\u00e9dito! Y quiz\u00e1 tambi\u00e9n un peque\u00f1o signo de esperanza.<\/b><\/span><\/p>\n En varias ocasiones, Ancel ha dado testimonio de la gran intensidad espiritual que experiment\u00f3 durante este periodo en Gerland. En 1959, cuando tuvo que acatar la decisi\u00f3n del Vaticano de poner fin a esta experiencia <\/strong>(carta del 27 de julio de 1959 al cardenal Ottaviani, uno de los pilares del Vaticano) :<\/strong> \"Creo que puedo decir que este quinquenio ha sido uno de los m\u00e1s fruct\u00edferos de mi ministerio\".<\/em>. <\/em>En 1963 <\/strong>(en el libro Cinq ans avec les ouvriers p.364) :<\/strong> \"Puedo admitir que aprend\u00ed m\u00e1s espiritualmente durante los cinco a\u00f1os que pas\u00e9 en Gerland que durante el resto de mi vida sacerdotal. <\/em>En 1972 <\/strong>(en el momento de la 25e<\/sup> aniversario de su ordenaci\u00f3n episcopal) :<\/strong> \"Recuerdo especialmente los a\u00f1os que pas\u00e9 en Gerland, entre los obreros, tratando de compartir yo mismo algo de la condici\u00f3n obrera. Creo que aquellos a\u00f1os fueron los m\u00e1s ricos y fruct\u00edferos de mi episcopado, tanto espiritual como apost\u00f3licamente... Fue all\u00ed donde me sent\u00ed m\u00e1s obispo y sucesor de los Ap\u00f3stoles\". <\/em>El final de esta experiencia obrera en 1959 fue sin duda una profunda prueba espiritual para Alfred Ancel, en su inquebrantable apego a la Iglesia, un desarraigo espiritual que le vaci\u00f3 de s\u00ed mismo. Se podr\u00eda decir que la verdadera vida espiritual es f\u00edsica.<\/strong><\/p>\n <\/strong><\/p>\n El paro de 1959<\/strong><\/p>\n La decisi\u00f3n de la O.P. del 1 de marzo de 1954 era principalmente una medida disciplinaria adoptada por la jerarqu\u00eda episcopal, mientras que la decisi\u00f3n de julio de 1959 era m\u00e1s bien una medida doctrinal. El 3 de julio de 1959, se envi\u00f3 una carta del Santo Oficio (la oficina doctrinal del Vaticano) al arzobispo Feltin de Par\u00eds, Presidente de la Misi\u00f3n Obrera, y a monse\u00f1or Li\u00e9nart de Lille, Presidente de la Asamblea de Cardenales y Arzobispos. Este documento interno se public\u00f3 en Le Monde (15 de septiembre de 1959) y en La Croix (16 de septiembre de 1959). En forma de declaraci\u00f3n doctrinal, esta carta prohib\u00eda a los sacerdotes ejercer cualquier actividad profesional asalariada, lo que significaba la incompatibilidad entre el sacerdocio y la vida obrera, entre la vida de sacerdote y la condici\u00f3n obrera.<\/span><\/p>\n Sin embargo, esta prohibici\u00f3n seguir\u00e1 siendo en gran medida ineficaz, como si el Vaticano se hubiera contentado con una declaraci\u00f3n de principios. Como si el Vaticano hubiera dicho: lo prohibiremos, pero lo dejaremos estar, sortearemos la prohibici\u00f3n, ya veremos qu\u00e9 pasa. De hecho, los P.O. que encontraron trabajo despu\u00e9s de 1954 nunca lo dejaron. Por otra parte, sin ser repudiados, un n\u00famero importante de sacerdotes acept\u00f3 un empleo remunerado, discretamente y a menudo a tiempo parcial. Consideraban su trabajo como un medio de estar presentes, de estar cerca de la gente y de apostolado en el mundo laboral. Sin embargo, la cuesti\u00f3n no resuelta era la del trabajo a tiempo completo, la vida de obrero, la participaci\u00f3n en la condici\u00f3n obrera, la posibilidad de implicarse en el movimiento sindical, las luchas sociales, los movimientos de liberaci\u00f3n, un compromiso temporal que constitu\u00eda la principal complicaci\u00f3n y confusi\u00f3n entre la jerarqu\u00eda cat\u00f3lica y los P.O.<\/span><\/p>\n <\/span><\/p>\n <\/span><\/p>\n Iniciativas P.O.<\/strong><\/p>\n El P.O. que permaneci\u00f3 en el trabajo el 1er<\/sup> En marzo de 1954 (eran unos cincuenta), se consideraron y se declararon en desacuerdo con la instituci\u00f3n eclesi\u00e1stica. A partir de 1957, algunos de ellos tomaron la iniciativa de formar un grupo compuesto por P.O.s, la mayor\u00eda de los cuales permanec\u00edan solteros, comprometidos con la clase obrera, el trabajo manual, el sindicalismo y la fidelidad a una vida obrera militante a diario. De 1957 a 1965, organizaron encuentros nacionales, con un n\u00famero variable de participantes (de 10 a 20), a los que a veces invitaban a uno u otro miembro de la Iglesia institucional. En junio de 1964, quince de ellos redactaron una larga \"Carta a los Padres del Concilio\". M\u00e1s tarde, estos P.O. se referir\u00edan o se definir\u00edan como \"insumisos\", mientras que los otros no se llamaban a s\u00ed mismos \"sumisos\". Por diversas razones en distintos c\u00edrculos, el t\u00e9rmino \"insumiso\" empez\u00f3 a ganar adeptos en la d\u00e9cada de 1980.<\/span><\/p>\n Varios de los P.O. que dejaron el trabajo temporalmente el 1 deer<\/sup> marzo de 1954 no se sometieron a la decisi\u00f3n disciplinaria de la jerarqu\u00eda, sino que la aceptaron. Durante los a\u00f1os 1954-1965, su tenacidad mantuvo viva la esperanza de un renacimiento, amplificada por la perspectiva de un Concilio. Muy pronto, la mayor\u00eda de ellos se reunieron, con algunos obispos, para emprender una rehabilitaci\u00f3n de este modo de vivir el sacerdocio y prever delegaciones a Roma. La mayor\u00eda de ellos encontraron r\u00e1pidamente trabajo en peque\u00f1as o medianas empresas, con el acuerdo de su obispo. Hicieron varias delegaciones a Roma, y una fue finalmente recibida por Juan XXIII en febrero de 1960. A finales de 1964, hab\u00eda unos cuarenta P.O., la mayor\u00eda de ellos de la primera generaci\u00f3n anterior a 1954. Para respetar la historia real y evitar una interpretaci\u00f3n tendenciosa, rom\u00e1ntica o ideol\u00f3gica, ser\u00eda preferible decir los insumisos dentro de la Iglesia y los insumisos fuera de la Iglesia.<\/span><\/p>\n En la Iglesia cat\u00f3lica, este periodo estuvo obviamente marcado por el gran acontecimiento del Concilio Vaticano II (inaugurado el 11 de octubre de 1962; clausurado el 8 de diciembre de 1965). El 25 de enero de 1959, Juan XXIII, que hab\u00eda sido elegido Papa tres meses antes, anunci\u00f3 su intenci\u00f3n de convocar un Concilio ante una audiencia de cardenales at\u00f3nitos. Sin considerar a Francia como el centro del mundo, debemos establecer una relaci\u00f3n entre la intenci\u00f3n de Juan XXIII y el hecho de que hab\u00eda sido representante del Vaticano en Francia, en Par\u00eds, desde finales de 1944 hasta 1953, donde fue testigo de todo lo que se pretend\u00eda a nivel apost\u00f3lico, aunque se mostrara muy reservado respecto a la O.P. Tambi\u00e9n debemos mencionar el considerable impacto de la enc\u00edclica de Juan XXIII \"Paz en la Tierra\", en 1963.<\/span><\/p>\n El 23 de octubre de 1965, durante la \u00faltima sesi\u00f3n del Concilio Vaticano II, el episcopado franc\u00e9s, reunido en Roma en sesi\u00f3n plenaria, \" propone, con el acuerdo de la Santa Sede, autorizar a un peque\u00f1o n\u00famero de sacerdotes a trabajar a tiempo completo en las f\u00e1bricas y en las obras de construcci\u00f3n, tras una preparaci\u00f3n adecuada. Esta autorizaci\u00f3n para el trabajo manual asalariado, actualmente muy limitada en n\u00famero, est\u00e1 prevista para un per\u00edodo inicial de tres a\u00f1os... Esta iniciativa ser\u00e1 responsabilidad del Comit\u00e9 Episcopal para la Misi\u00f3n Obrera, que est\u00e1 facultado, en nombre del episcopado, para el seguimiento de esta primera etapa.<\/em> \". El 7 de diciembre de 1965, en v\u00edsperas de la clausura del Concilio Vaticano II, se promulg\u00f3 el decreto sobre el ministerio y la vida de los presb\u00edteros. Este decreto (cap\u00edtulo 2, p\u00e1rrafo 8) enumera las diversas funciones de los sacerdotes de la siguiente manera los que trabajan manualmente y comparten la condici\u00f3n de clase obrera<\/em> \".<\/span><\/p>\n Ciertamente, Alfred Ancel puso mucho de s\u00ed mismo, de forma humilde y decidida, en los trabajos del Concilio Vaticano II. En 1964, fue elegido presidente de la Comisi\u00f3n Episcopal para el Mundo Obrero (de la que formaba parte desde 1950) y miembro del Comit\u00e9 Episcopal Selecto de Obispos para la Misi\u00f3n Obrera (instituci\u00f3n fundada en 1957). En calidad de tal, redact\u00f3 notas sobre el trabajo de los sacerdotes. Tras las vicisitudes de un Directorio para la P.O. (1950-1951), finalmente abandonado, Ancel se retira humildemente del colectivo de la P.O., aunque sigue creyendo en esta forma de existencia sacerdotal.<\/b><\/p>\n En el momento decisivo en que el episcopado franc\u00e9s relanz\u00f3 la O.P. (1964-1965), podemos pensar que Alfred Ancel, de forma discreta, fue probablemente uno de los actores clave. Adem\u00e1s, al igual que otros obispos del Concilio, tambi\u00e9n estaba motivado por la visi\u00f3n de una Iglesia al servicio de los pobres (v\u00e9ase su folleto La Iglesia y la pobreza<\/em> publicado en 1964). A pesar de sus fuertes reservas sobre el compromiso temporal de los sacerdotes, Ancel no cuestion\u00f3 el hecho de los sacerdotes obreros. En una carta de 1978, expuso, de forma m\u00e1s matizada y favorable, lo que hab\u00eda sido de su pensamiento sobre la implicaci\u00f3n de los sacerdotes en el movimiento obrero.<\/b><\/p>\n <\/strong><\/p>\n 1966-1974: un nuevo auge para el P.O.<\/strong><\/p>\n 1966-1967-1968 fue \"un periodo inicial de tres a\u00f1os\" para el paso de los sacerdotes al mundo del trabajo, de acuerdo con la decisi\u00f3n del episcopado franc\u00e9s. La responsabilidad directa de esta puesta en marcha se confi\u00f3 a un \"Equipo Restringido\" nombrado por el Comit\u00e9 Episcopal para la Misi\u00f3n Obrera. Este equipo est\u00e1 formado por cinco sacerdotes miembros (un animador oficial; un P.O. de los a\u00f1os 40 y de la Misi\u00f3n de Par\u00eds; el secretario general de la Mission ouvri\u00e8re; un responsable de la Mission de France; un representante de los institutos y \u00f3rdenes religiosas).<\/span><\/p>\n En 1966, la lista de sacerdotes autorizados a trabajar como obreros se elabor\u00f3 di\u00f3cesis por di\u00f3cesis, seg\u00fan los criterios establecidos por la Mission ouvri\u00e8re. En esta lista oficial, figuraban 52 nombres, incluido un P.O. anterior a 1954, y entre ellos 8 sacerdotes del Prado. Se dividieron en una quincena de equipos. Muchos de los 52 candidatos ya hab\u00edan participado de diversas maneras en la vida obrera. Para este primer env\u00edo, hubo m\u00e1s voluntarios que el n\u00famero limitado previsto, lo que gener\u00f3 cierta frustraci\u00f3n.<\/span><\/p>\n El 4 de octubre de 1966, se celebr\u00f3 una \u00faltima sesi\u00f3n de preparaci\u00f3n para estos sacerdotes en el seminario de vocaciones adultas de Morsang-sur-Orge. Se pidi\u00f3 a Ancel que dirigiera el retiro espiritual. Comenz\u00f3 de la siguiente manera:<\/strong> \" Quisiera expresar mi alegr\u00eda al veros aqu\u00ed reunidos. Hemos sufrido mucho, todos los que, en el pasado, tuvimos que interrumpir nuestro trabajo; pero es una alegr\u00eda para nosotros y una inmensa esperanza ver que lo que se inici\u00f3 ayer continuar\u00e1 ma\u00f1ana. Sin duda el modo no ser\u00e1 el mismo, pero el impulso profundo es el mismo. A trav\u00e9s de nuestra presencia sacerdotal en medio del mundo obrero, queremos mostrarles de manera concreta que toda la Iglesia, con sus laicos y sacerdotes, est\u00e1 con ellos. Tambi\u00e9n queremos llevarles el mensaje de Cristo, ciertamente en su totalidad, pero de tal manera que puedan comprenderlo y aceptarlo. La presencia de un signo, la presencia de la evangelizaci\u00f3n, eso es lo que quer\u00edan los primeros sacerdotes obreros, y eso es lo que quer\u00e9is tambi\u00e9n vosotros, los que est\u00e1is a punto de ir a trabajar. La segunda ola sigue a la primera; es el mismo flujo.<\/em> \"<\/p>\n A finales de 1965, la decisi\u00f3n jer\u00e1rquica de hacer posible que los sacerdotes volvieran a trabajar en la f\u00e1brica fue un acontecimiento bastante sorprendente para la Iglesia, que no cre\u00eda en ello. Sin embargo, en cuanto se crearon los nuevos equipos de \"sacerdotes en el trabajo\", de 1966 a 1968, las reacciones fueron diversas y duraderas. En el entorno de los P.O., algunos fueron m\u00e1s sensibles a la decisi\u00f3n jer\u00e1rquica de \"tomar el relevo\", otros a las condiciones de este \"relevo\" (\"compromisos\" para algunos). Por otra parte, algunos se sintieron m\u00e1s que otros bajo la tutela de Mission ouvri\u00e8re; muy pronto tambi\u00e9n, los nuevos equipos se encontraron encorsetados por las disposiciones establecidas. Incluso si se hab\u00eda conseguido lo principal (poder trabajar como obrero), los sistemas establecidos pod\u00edan parecer, en mayor o menor medida seg\u00fan el lugar, m\u00e1s de supervisi\u00f3n que de apoyo. La clarificaci\u00f3n lleg\u00f3 poco a poco, acelerada por los acontecimientos de 1968. \"Sacerdotes obreros\" fue la denominaci\u00f3n oficial adoptada por la jerarqu\u00eda, pero en otros lugares se sigui\u00f3 utilizando el t\u00e9rmino \"sacerdotes obreros\".<\/span><\/p>\n A pesar de un acuerdo establecido el 30 de mayo de 1966 entre Mission ouvri\u00e8re y Mission de France, la decisi\u00f3n episcopal de confiar esta tarea a Mission ouvri\u00e8re provoc\u00f3 tensiones m\u00e1s o menos apagadas entre estas dos instituciones eclesi\u00e1sticas, entre las propias O.P. y tambi\u00e9n una crisis interna en Mission de France en 1969 con la dimisi\u00f3n de su Equipo Central. En 2014, en el dossier de prensa presentado con motivo del 60 aniversario de la Constituci\u00f3n Apost\u00f3lica dada por el Papa P\u00edo XII a esta instituci\u00f3n eclesi\u00e1stica (1er<\/sup>agosto de 1954), la propia Mission de France da cuenta de esta crisis interna del siguiente modo: \" 1965: El Papa Pablo VI autoriza la reanudaci\u00f3n de los sacerdotes obreros en un contexto de conflicto entre Mission Ouvri\u00e8re y Mission de France. 1969: Dimite el Consejo de la Mission de France. Considera que su papel preeminente como instrumento misionero de la Iglesia en Francia no es escuchado por el episcopado.<\/em> \"<\/span><\/p>\n Luego vino la onda expansiva de la agitaci\u00f3n social de la primavera de 1968 (sobre todo el \"mayo obrero\"). Ese a\u00f1o, en Pentecost\u00e9s de 1968, estaba previsto hacer balance de los tres primeros a\u00f1os, pero, a la vista de los acontecimientos, se aplaz\u00f3 hasta el d\u00eda de Todos los Santos. Este encuentro nacional reuni\u00f3 en un solo colectivo a los antiguos equipos de P.O. rebeldes en la Iglesia (los que hab\u00edan dejado el trabajo el 1 deer<\/sup> En la reuni\u00f3n se eligieron ocho delegados P.O. para el nuevo \"\u00c9quipe National des Pr\u00eatres-Ouvriers\" (E.N.P.O.). Al final de la reuni\u00f3n, ocho delegados P.O. son elegidos para el nuevo \"\u00c9quipe Nationale des Pr\u00eatres-Ouvriers\" (E.N.P.O. para abreviar).<\/span><\/p>\n Durante los a\u00f1os 1969-1973, la O.P.E. evoluciona hacia un equipo aut\u00f3nomo formado por O.P.s elegidos por las regiones (uno por regi\u00f3n o grupo particular). En 1971, se celebra en Roma un S\u00ednodo de Obispos, con dos temas principales: el sacerdocio ministerial y la justicia en el mundo; la O.E.N.P. env\u00eda una contribuci\u00f3n que es publicada por Mission ouvri\u00e8re: \" Sacerdotes-trabajadores, lo que viven, lo que piensan del sacerdocio ministerial<\/em> \". En 1973, el E.N.P.O., sin dejar de estar vinculado y presente en diversas instancias eclesi\u00e1sticas de Francia, se constituye, por razones pr\u00e1cticas, como Asociaci\u00f3n en virtud de la Ley de 1901 (J.O. de 8-9 de octubre de 1973), permaneciendo el estatuto can\u00f3nico de cada P.O. el de sacerdote de una di\u00f3cesis o sacerdote de la Misi\u00f3n de Francia o miembro de una orden o instituto religioso. Posteriormente, en 1974, la O.P.E. eligi\u00f3 por primera vez a un P.O. como secretario, reconocido como tal por las autoridades eclesi\u00e1sticas.<\/span><\/p>\n En el contexto muy espec\u00edfico del periodo posterior a 1968, cr\u00edtico con las instituciones, diversas corrientes recorrieron el clero franc\u00e9s y muchos sacerdotes abandonaron el ministerio. Los a\u00f1os 1969-1974 fueron testigos de la llegada de nuevas O.P.S., cada vez m\u00e1s numerosas a lo largo de los a\u00f1os, y al mismo tiempo de una ampliaci\u00f3n de la extensi\u00f3n geogr\u00e1fica (en las regiones, la mayor\u00eda de los departamentos, las ciudades peque\u00f1as y medianas y las zonas rurales). Se unieron a la O.P.N., cuya principal preocupaci\u00f3n no era el estatus social del clero ni la transformaci\u00f3n institucional de la Iglesia. Casi todas las O.P.P. est\u00e1n implicadas en el sindicalismo, ya sea en la CGT o en la CFDT. En 1974, hab\u00eda unos 750 P.O. en Francia, entre ellos unos sesenta pradosianos. Despu\u00e9s, de 1975 a 1985, el movimiento de los P.O. alcanz\u00f3 su apogeo (\u00a1\u00e9ramos muchos entonces y est\u00e1bamos en plena forma!), periodo en el que parec\u00eda correcto no convertirse en \"un cuerpo sacerdotal aparte\" en la Iglesia, como se dec\u00eda entonces. En menor medida, el movimiento P.O. se desarroll\u00f3 en B\u00e9lgica, Italia y Espa\u00f1a.<\/span><\/p>\n Tras el Concilio Vaticano II, Alfred Ancel sigui\u00f3 presidiendo la Commission \u00e9piscopale du monde ouvrier (CEMO), y fue reelegido presidente en 1967. Tambi\u00e9n fue uno de los cinco obispos que formaron el Comit\u00e9 episcopal de la mission ouvri\u00e8re (el CEMO), que el 29 de junio de 1965 firm\u00f3 la redacci\u00f3n de un documento importante en aquella \u00e9poca, el sacerdocio en la misi\u00f3n obrera, <\/em>elaborado por el Secr\u00e9tariat National de la Mission Ouvri\u00e8re. El 27 de octubre de 1968, Ancel y Marius Maziers firmaron conjuntamente un Carta a los cat\u00f3licos de Francia de los obispos de la Comisi\u00f3n del mundo obrero y del Comit\u00e9 de la misi\u00f3n obrera<\/em>. En 1972, era un \" Reflexiones del CEMO en su di\u00e1logo con los militantes cristianos que han hecho la opci\u00f3n socialista<\/em> \".<\/b><\/p>\n En 1971, Alfred Ancel se implic\u00f3 en la Pastoral de los Emigrantes. Ya en los a\u00f1os treinta hab\u00eda prestado especial atenci\u00f3n a las familias italianas que viv\u00edan en miserables chabolas en el barrio de Gerland. En la \u00faltima parte de su asombrosa carrera, mostr\u00f3 una gran preocupaci\u00f3n por las diversas comunidades de inmigrantes. En las numerosas reuniones a las que asisti\u00f3, anim\u00f3 a los participantes a comprender mejor lo que estaba en juego en el fen\u00f3meno migratorio. En los \u00faltimos a\u00f1os de su vida, estuvo presente en la comunidad magreb\u00ed del barrio de la Place du Pont, viviendo en un piso pobre de un edificio antiguo.<\/b><\/p>\n En el momento de la muerte de Alfred Ancel, el 11 de septiembre de 1984, Henri Krasucki, Secretario General de la CGT en aquel momento, escribi\u00f3 al Cardenal Decourtray, Arzobispo de Lyon: \" S\u00e9 que en \u00e9l, el hombre de la Iglesia se fund\u00eda con sus pensamientos y acciones. Respeto esta verdad. Conozco y admiro desde hace tiempo la historia de su vida, su comprensi\u00f3n del mundo, de los humildes y de los oprimidos. Su comprensi\u00f3n del mundo del trabajo tal como es y del movimiento obrero me es particularmente cercana, sin reducir el alcance de su obra y su visi\u00f3n de la humanidad [...] Fue un pionero de gran talla, abriendo caminos que estoy convencido tienen un gran futuro.<\/em> \"(telegrama, 13 de septiembre de 1984).<\/b><\/p>\n La trayectoria de Ancel ha sido fiel a su sorprendente carta de 1949 (v\u00e9ase el comienzo de este art\u00edculo). Esta carta era como una hoja de ruta, en particular al hacer una audaz comparaci\u00f3n entre la conversi\u00f3n-misi\u00f3n de Antoine Chevrier en la Navidad de 1856 y la publicaci\u00f3n en 1848 del Manifiesto del Partido Comunista (en aquella \u00e9poca, no exist\u00eda ning\u00fan partido pol\u00edtico as\u00ed llamado). La carta de Ancel revela : 1- su deseo de vivir \u00e9l mismo como obispo en la condici\u00f3n obrera (lo que lograr\u00e1 en cierto modo de 1954 a 1959), sin la pretensi\u00f3n de ser un \"obispo obrero\"; 2- su convicci\u00f3n de que la existencia y el carisma de Antoine Chevrier, fundador del Prado, es una oportunidad para la renovaci\u00f3n espiritual de la Iglesia, un don gratuito en favor de toda la Iglesia ; 3- su atenci\u00f3n a las cuestiones sociales, su presencia entre los pobres, su inter\u00e9s por el estudio del marxismo, su di\u00e1logo abierto con militantes y dirigentes comunistas; 4- su compromiso inquebrantable, basado en una intensa vida espiritual, a favor de una Iglesia abierta a los pobres.<\/b><\/p>\n Alfred Ancel muri\u00f3 en septiembre de 1984, cinco a\u00f1os antes de la ca\u00edda del Muro de Berl\u00edn en noviembre de 1989. En los a\u00f1os siguientes se produjo la desintegraci\u00f3n de la URSS y el colapso de los sistemas comunistas de Europa del Este. Podr\u00eda pensarse, por tanto, que los objetivos de Ancel hab\u00edan quedado desfasados. Por otra parte, el apogeo de los curas-trabajadores se remonta a hace medio siglo (1975-1985). El mundo y las sociedades han cambiado considerablemente, es evidente, no ha terminado, \u00a1y hay que esperar lo inesperado! La historia de Mission Ouvri\u00e8re y de la O.P. -como la de la Iglesia cat\u00f3lica- no es perfecta. Pero no hay que olvidar ni desde\u00f1ar la dimensi\u00f3n espiritual, cristoc\u00e9ntrica y liberadora que ha animado las preocupaciones misioneras de estos primeros periodos desde los a\u00f1os 40.<\/span><\/p>\n Hoy, como ayer, muchas personas son explotadas, oprimidas, excluidas, despreciadas, maltratadas y olvidadas. Los poderosos, los propietarios y sus imperios siguen imponiendo su sistema de dominaci\u00f3n. Siempre ser\u00e1n necesarios los movimientos de liberaci\u00f3n. Me viene a la mente Gustavo Guti\u00e9rrez, que pas\u00f3 a la eternidad el 22 de octubre de 2024. Se le reconoce como \"el padre de la teolog\u00eda de la liberaci\u00f3n\", que promovi\u00f3 como una espiritualidad liberadora, mucho m\u00e1s revolucionaria que las teolog\u00edas progresistas. La historia y la existencia de la Misi\u00f3n Obrera y de los sacerdotes obreros pueden considerarse como uno de los signos del misterio de Dios encarnado, que se extiende m\u00e1s all\u00e1 de las Iglesias. As\u00ed, el cristianismo puede verse como un tipo o estilo de vida (\u00e9ste es incluso el t\u00edtulo de un libro de Christoph Theobald: El cristianismo como estilo<\/em>) y una insurrecci\u00f3n-resurrecci\u00f3n del ser humano. Tambi\u00e9n podemos ver el desarrollo humano como una cuesti\u00f3n religiosa, teol\u00f3gica y espiritual muy importante. Siempre habr\u00e1 una llamada, a pesar de las fuerzas contrarias, a servir al desarrollo humano, a dar vida al nacimiento y al renacimiento, a ser cocreadores de un mundo bueno y amable en la estela del espl\u00e9ndido poema de la creaci\u00f3n de siete d\u00edas, que abre el relato m\u00edtico de los or\u00edgenes (G\u00e9nesis cap. 1 a 11) y toda la Biblia, adoptando el estilo de Jes\u00fas y siendo insuflados por su esp\u00edritu. \u00a1Todo un programa!<\/span><\/p>\n
<\/strong>Ha sido miembro de la Comisi\u00f3n Episcopal Francesa para el Mundo Obrero desde su fundaci\u00f3n en 1950, y presidi\u00f3 la comisi\u00f3n en 1964 y de nuevo en 1967. En otras palabras, la carrera de Alfred Ancel cubre una gran parte de la historia de los sacerdotes-obreros, y he aqu\u00ed un breve recorrido, de 1944 a 1974, en cuatro periodos: 1944-1947; 1947-1954; 1954-1965; 1965-1974.<\/strong><\/span><\/p>Documento redactado por <\/span>Francis Gayral<\/b>sacerdote obrero jubilado de Prado y de la di\u00f3cesis de Albi (<\/span>15 enero 2025).
\u00daltima actualizaci\u00f3n: 28 de febrero de 2025<\/i><\/h5>\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t
1944-1947: los primeros sacerdotes-trabajadores<\/strong><\/p>\n
El P.O. no tiene fundador<\/strong><\/p>\n
Ancel y Suhard<\/strong><\/p>\n
Carta de Ancel de junio de 1949<\/strong><\/p>\n
Organizaci\u00f3n de la O.P.<\/strong><\/p>\n
Una relaci\u00f3n complicada con el P.O.<\/strong><\/p>\n
1954-1965: la esperanza de un renacimiento para el P.O.<\/strong><\/p>\n
Ancel y el periodo de Gerland (1954-1959)<\/strong><\/p>\n
El Concilio Vaticano II<\/strong><\/p>\n
Ancel y el Concilio Vaticano II<\/strong><\/p>\n
Empezar a trabajar<\/strong><\/p>\n
Mission Ouvri\u00e8re y el P.O.<\/strong><\/p>\n
Las convulsiones de 1968<\/strong><\/p>\n
Ancel despu\u00e9s del Concilio Vaticano II<\/strong><\/p>\n
\u00bfCu\u00e1l ser\u00e1 el futuro de todo esto?<\/strong><\/p>\n
15 de enero de 2025<\/em> – Francis GAYRAL<\/b>, sacerdote-trabajador jubilado
<\/span>Si observa alg\u00fan error u omisi\u00f3n importante, le rogamos que lo comunique al redactor de este art\u00edculo, que estar\u00e1 encantado de recibirlo.<\/em><\/p>\n
Fuentes sobre Alfred Ancel<\/strong><\/p>\n\n
\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t\t<\/div>\n\t\t\t\t<\/div>\n\t\t