"Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida".

En aquellos días,
los judíos se peleaban entre ellos:
"¿Cómo puede este
¿puede darnos de comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
"Amén, amén os digo:
si no coméis la carne del Hijo del Hombre,
y si no bebes su sangre,
no tienes vida dentro de ti.
El que come mi carne y bebe mi sangre
a la vida eterna;
y yo lo resucitaré en el último día.
En efecto, mi carne es el verdadero alimento,
y mi sangre es la verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre
habita en mí,
y yo permanezco en él.
Así como el Padre viviente me envió,
y vivo gracias al Padre,
así es el que me come,
él también vivirá a través de mí.
Este es el pan que bajó del cielo:
no es como el que comieron los padres.
Están muertos;
el que come este pan
vivirá para siempre.

Esto es lo que dijo Jesús
cuando enseñaba en la sinagoga de Cafarnaúm.

Jn 6, 52-59